LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA
A
finales del siglo XVIII, la mayor parte de América está controlada por las
potencias europeas (principalmente, España, Portugal y Francia). Pero este
control entra en crisis:
- las potencias coloniales imponen el monopolio del
comercio hacia la metrópoli, los criollos (americanos descendientes de
europeos) quieren el libre comercio
- los reyes españoles quieren controlar más estrechamente
las colonias y envían gobernadores. Los criollos se sienten molestos y desean
el autogobierno.
- el ejemplo de Estados Unidos hace que los criollos
se planteen la independencia.
- las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa
despiertan deseos de libertad e igualdad, que se entiende que solo pueden ser conseguidos
con la independencia.
El primer
país en independizarse después de Estados Unidos es Haití (1804): los esclavos
negros se sublevan y como Napoleón ya no está interesado en América (vende
Luisiana a Estados Unidos) consiguen la independencia.
Entre 1807 y
1808 la Península Ibérica es invadida por Napoleón. Las colonias quedan
aisladas de las metrópolis, y no quieren someterse al emperador. Todo ello
impulsa estos movimientos, al principio más autonomistas que independentistas.
En una
primera fase (1808-1814) los criollos constituyen gobiernos autónomos, imitando
a las Juntas peninsulares e ignorando a los virreyes. Pero ya hay movimientos
independentistas: en Nueva Granada (Francisco de Miranda) y en Nueva España
(Miguel Hidalgo). Ambos pretenden la igualdad de razas y la libertad de los
esclavos, por ello no son apoyados por los criollos y fracasan.
En la segunda
fase (1814-1820) España intenta retomar el control, venciendo en Nueva Granada.
En El Plata se proclama la independencia (República Argentina, 1816) y desde allí se conquista Chile
(1818) con ayuda británica, destacando el general José de San Martín. En Nueva
Granada Simón Bolívar, discípulo de Miranda, deja de defender la libertad de
los esclavos, y ahora sí le apoyan.
En la tercera
fase (1820-1824) el triunfo de los liberales en la Península hace pensar que las colonias
volverán, pero solo se consigue que los conservadores de Nueva España y Perú
proclamen la independencia (1821), destacando el general Simón Bolívar. La
batalla de Ayacucho (1824) marca el fin de la presencia española en América
(salvo Cuba y Puerto Rico).
La familia
real portuguesa había huido a Brasil y concedió un alto grado de autonomía. Al
regresar a Portugal anularon esa autonomía, por lo que los criollos proclaman
la independencia apoyados por el Regente Pedro (convertido en emperador Pedro I
en 1822).
Las nuevas
naciones tendrán una existencia muy conflictiva. Los deseos de una única nación
a ejemplo de Estados Unidos fracasan, y los estados se enfrentarán unos a otros
(azuzados por Gran Bretaña). Los británicos han apoyado la independencia y a
cambio controlan los principales recursos, si un gobierno se les enfrenta
organizan golpes de Estado. Todo ello facilitado por la gran importancia de los
militares, con un gran prestigio por su lucha en las guerras de independencia.
No habrá
igualdad: los criollos mantienen su dominio, continúa la esclavitud y los
indios quedan como ciudadanos de segunda. Incluso son vistos como obstáculos al
progreso que deben ser eliminados, dándose casos de genocidio (mapuches en
Argentina y Chile).
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